En todo estás vos, incluso en el ajuste
Si “En todo estás vos”, ¿imagínate quién está en el “ajuste”? ¡Vos!
El gobierno de Cambiemos no explicó la “herencia” porque si lo hacía debía aplicar un ajuste, aunque bien podríamos reemplazar la “antipática” palabra ajuste por “gastar menos”. Luego pasó dos años y medio ignorando o descalificando con el término de “liberalotes” o promotores de un “ajuste feroz” a aquellos que no estaban de acuerdo con las medidas que iban tomando, siendo que lo único feroz es el gasto público descontrolado que se ha hecho imposible de financiar. Mientras tanto aprovechaba las bajas tasas de interés internacionales para financiar un gasto que no baja, sino que por el contrario, sigue creciendo.
Cuando funcionarios gubernamentales hablan de que “bajó el gasto”, es porque les transfieren los gastos a otros, ya sea a nosotros los particulares mediante la eliminación de subsidios a servicios públicos, o porque bajan las transferencias a los gobiernos provinciales, o les bajan los sueldos a los empleados públicos, los cuales no creo que merezcan todos el mismo trato.
Al aumentar las tasas de interés y resultar mas caro endeudarse –la deuda del Estado argentino ya es muy elevada–, en vez de bajar el gasto como correspondería, el gobierno nacional recurrió al FMI, logrando un acuerdo por un monto importantísimo que no debería alegrarnos porque confirma nuestra grave crisis.
Me pregunto cuánto de esa importante suma que nos prestan es gracias a lo que pudimos ser y no fuimos, y poniéndome en el lugar del gobierno, gracias a los que estamos haciendo. Ya sabemos que si algo falla o si las medidas “duelen”, la culpa será como siempre del FMI, el eterno malo de la película.
¿Pero qué pide el FMI? Veamos:
- Que el BCRA no financie el déficit del gobierno. En eso estamos completamente de acuerdo.
- Que se baje mas rápido el déficit. También estamos de acuerdo, pero el tema es “el cómo”. ¿Bajando gastos? ¿Cuáles gastos? ¿O será subiendo impuestos?
Por eso el FMI tuvo la inteligente decisión de pedir que “el plan sea del gobierno argentino”. El organismo se está limitando a dejar en claro qué es lo que va a financiar (el camino al equilibrio fiscal) y lo que no va a financiar (un dólar barato).
De ahí que las medidas que tomó el gobierno nacional (salvo que nos sorprenda en septiembre con el presupuesto que envíen para el año próximo al Congreso Nacional) serán:
- Mínimas reducciones en sus propios gastos.
- Disminución o eliminación de subsidios a servicios, lo cual implicará mayores costos para los contribuyentes.
- Menos partidas para las provincias.
- Menos obras públicas.
Quien lea esta nota podría tener una esperanza de que el gobierno nacional reduzca sus gastos, si es que tuviera margen para hacerlo. Hoy yo no tengo esperanzas. Tampoco confío en que se reduzca nuestra esclavizante presión impositiva. Y si en algo no tengo dudas, es que no saldremos adelante sin bajar el gasto y los impuestos. Solo nos habremos endeudado notoriamente, una vez más, para evitar o postergar una nueva crisis.

Abogado especializado en marcas y patentes. Activista por los derechos ciudadanos. Analista y asesor en temas de gasto público.
Conferencista y autor de los libros Yo pago, tú pagas, ellos gastan y Ellos Gastan 2002.
Conductor y productor de El Despertador Radio, Radio Génesis AM 970.
Columnista en Casado con el campo, Radio Argentina AM 570 y en Pregón Agropecuario.
Columnista en InfoPilar y en El Primero de la Mañana, Radio Cadena FM 94.9 de Pilar.
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