Vuelos “Low Cost”: Revolución federal
Pocos días atrás se anunció que se permitirá a las compañías aéreas llamadas low cost (de bajo costo) operar en Argentina sin un piso de precios, como el que rige actualmente. Sí, entendiste bien: las low cost querían cobrar menos y no las dejaban. Por suerte, eso se modificó a partir del 15 de agosto de 2018 y podrán reducir sus tarifas.
La noticia tiene efectos revolucionarios. La apuesta del gobierno es duplicar en poco tiempo la cantidad de pasajeros que viajan a lo largo del país, como consecuencia del menor precio de los pasajes. Diversos sectores se oponen a las nuevas reglas del mercado de transporte aeronáutico, pero claramente estos menores precios permitirán que más gente viaje utilizando menos dinero, y que la rentabilidad de las empresas tenga que ver con el mayor volumen.
Este proceso que estamos viviendo en Argentina no es ninguna novedad en el mundo. Cuando estuve becado en Gran Bretaña para realizar investigaciones por el British Council entre los años 1999 y 2000, volaba para investigar cada fin de semana por apenas 20 euros por tramo a otros países de Europa en diversas compañías de bajo costo. De hecho, en muchos casos gastaba más en transporte desde o hacia el aeropuerto que en el viaje en avión porque los aeropuertos habilitados para las low cost eran aeropuertos secundarios, con menor accesibilidad que los aeropuertos principales. Con el tiempo esto cambió y aparecieron empresas que a través de buses se dedicaron a transportar –también a bajo precio– a los pasajeros desde los aeropuertos a los centros de las ciudades.
Volar en el octavo país más grande del mundo
Sin dudas, el cambio que vive la Argentina –que por el momento es solo para los vuelos dentro del país– será revolucionario y achicará fuertemente los costos de transporte en un país que es el octavo con más superficie del planeta. De esta forma pondrá en funcionamiento un enorme capital dormido dentro de nuestro querido país, que hoy no está siendo utilizado por el alto costo del transporte.
Los vuelos low cost permitirán el desarrollo de negocios, transporte de mercaderías y diversos tipos de actividades a lo largo y ancho de este país, despertando una riqueza dormida, como un verdadero movimiento descentralizador. Incluso, más allá de la necesaria y pendiente federalización impositiva (por ejemplo, que cada provincia cobre directamente sus propios impuestos y establezca sus propias alícuotas, sin pasar por el gobierno nacional), que aún parece un tema de imposible tratamiento en la Argentina, en los próximos años veremos las consecuencias positivas de la “federalización” de los vuelos en nuestro país.
La llegada a la Argentina de la revolución de las low cost permitirá a las personas, empresas y organizaciones pensar federalmente, en un contexto donde la integración tecnológica a través de Internet ya ha realizado una importante parte del proceso. Del mismo modo en que a fines del siglo XIX los gobernantes vieron la necesidad estratégica de redes de ferrocarriles para aprovechar al máximo la naturaleza del país, hoy las low cost contribuirán de la misma manera.
En este sentido, se espera que la desregulación aérea tenga un efecto sobre el valor de los inmuebles de zonas –hoy “distantes”– del país, que ahora serán más cercanas. Como decíamos, queda pendiente que el resto del sector del transporte se aggiorne a la nueva realidad tecnológica planetaria, para así permitir que Argentina sea más competitiva.

Director Ejecutivo de Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Profesor titular de Economía Política I en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y Economía Argentina, Economía Mundial y Principios de Economía en la Cámara Argentina de Comercio y Servicios.
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