Juan Guaidó: ¿otro Leopoldo López?

Las calles y avenidas de toda Venezuela se fueron llenando de gente desde temprano. El aire se sentía extraño, nadie durmió este 23 de enero porque se sabía que el cambio en Venezuela comenzaba a escribirse. O eso creíamos.

Primero quemaron una estatua de Chávez y luego lo colgaron de una pasarela. Esa fue una señal de que el miedo se ha perdido. Cuando Juan Guaidó juró como presidente encargado de Venezuela y obtuvo el apoyo inmediato de Donald Trump, del Grupo de Lima y de la OEA, la esperanza se encendió en los corazones de todos los que hace años tenemos la mirada puesta sobre Venezuela.

Cuba, Bolivia, Turquía, Uruguay, Nicaragua, México, Irán, Siria, China y Rusia apoyan a Maduro, que desde el balcón de Miraflores rompe relaciones con Estados Unidos y le pide a su embajador que abandone el país. Mientras tanto, Guaidó dice que nadie se va. Un presidente ilegitimo daba órdenes y toma decisiones ejecutivas mientras se tejía la incertidumbre de lo que pasaría con el transcurrir de las horas. Veintiséis muertos es el saldo de la lucha en la calle.

El Tribunal Supremo manejado por el chavismo destacó que fue un golpe de Estado, atento a que las actitudes del presidente de la Asamblea Nacional roza lo delictivo. Maduro resaltó que Guaidó juró de manera informal en la calle y que se le notaba muy asustado. Por su parte dicen que Guaidó lo hizo porque se sintió presionado.

Los escenarios posibles

Muchos creen que Maduro va abandonar Venezuela, algo bastante difícil porque tiene demasiado en juego en cuanto a negocios con el narcotráfico, la guerrilla, el crimen organizado y el terrorismo. Salir de su país lo expone a lo peor, lo que diseña toda la probabilidad que dé pelea. Justamente, la Hezbolá ha manifestado su apoyo al Dictador.

Por otro lado están los que piensan que es posible una guerra civil. El escenario interno no lo permite por la sencilla razón de que el pueblo no posee armas, solo las tienen los militares y los colectivos bolivarianos que trabajan para el régimen.

Podemos seguir observando el trabajo de las guarimbas, los actos de levantamiento popular o desobediencia civil, la rebelión del pueblo que se enciende y resiste dando pelea. Algunos opinan que pueden recibir ayuda externa y proveer de armas al pueblo, lo cual es un razonamiento infantil porque las fronteras de Venezuela están altamente militarizadas y es imposible ingresar armas desde el extranjero.

Al respecto, el analista en seguridad Joseph M. Humire dijo: «Venezuela es un problema regional. No es solo un conflicto interno, es un conflicto de actores extrarregionales que amenaza a la región. La gente que está sufriendo en Venezuela deben entender que no hay salida si no salen Cuba, Irán, Siria, Rusia y China de su país».

Otro escenario probable es la caída de Maduro, pero solo sería posible mediante una intervención externa, algo que es imposible, por lo tanto lo único posible es una guerra. Pero, ¿es eso factible? ¿Puede convertirse Venezuela en la Siria Latinoamericana? La respuesta es que la interna intencional del régimen es mantener un estado de rebelión interna y de crisis permanente. De esa manera pueden infiltrar a la guerrilla y a grupos terroristas en la región, incluidos entre los venezolanos que huyen. Hoy Venezuela es un núcleo terrorista y de logística de Rusia, Irán y China.

Me contacté con una fuente que vive en Caracas y me dijo: «¿Sabes qué es lo triste, María? Yo jamás creí en Guaidó, jamás. En las largas colas para comprar alimentos fui preguntando a la gente (el día anterior a la convocatoria) y me decían «Yo no creo en Guaidó, es el mismo show de Leopoldo López, pero voy a salir a la calle porque es mi oportunidad de protestar», lo que indica que mucha gente que estuvo en la calle, no estuvo apoyando a Guaidó, sino que salió a protestar. Después de la marcha se vio a Maduro, a Tareck y a Diosdado terriblemente asustados, no porque les iban a quitar el poder, sino porque nunca se habían percatado de que tienen a toda la población en contra. Lo triste que se perdieron vidas y otra oportunidad mientras ellos están jugando a no sé qué. Ahora falta que llegue Zapatero a dialogar. Todo es un montaje pero es más macabro, algo negociaron, ahora vendrá la parte donde lo van a meter preso. Es el mismo show de Leopoldo López: negociarán su libertad y se conviertirá en otro preso político. ¿Pero cómo va a convocar a elecciones en sesenta días? ¿Con qué Asamblea? ¿Cómo puedes hacer todo en sesenta días? Es muy traído de los pelos».

Guaidó fue detenido el domingo por agentes encapuchados del Servicio de Inteligencia Bolivariano (SEBIN), en la autopista Caracas-La Guaira, cuando se dirigía al cabildo abierto en el estado de Vargas. Mi contacto en Caracas cree que algo le dijeron a Guaidó en ese momento, o quizás solo le dieron instrucciones, ya que lo soltaron inmediatamente, y esto ocurrió 48 horas después que Guairó declarara «usurpador» a Maduro y asumiera como «presidente interino».

Luis Almagro, secretario general de la OEA, dijo al respecto: «Condena y rechazo absolutos al secuestro del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. La comunidad internacional debe detener los crímenes de Maduro y sus esbirros». La cancillería argentina expresó que eso «atenta contra las libertades civiles y políticas de los venezolanos». Ahora se dice que el SEBIN recibirá en horas más la orden de detención contra Guaidó, convirtiéndose como dijo mi contacto, «en otro Leopoldo López» (?). Lo cierto es que nadie de la oposición está capacitado para enfrentar al régimen.

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María Celsa Rodríguez Mercado

Abogada y escritora. Vicepresidente de la Fundación Latinoamérica Libre, analista del Círculo Acton Chile y directora de ChacoRealidades.