Entrevista a Braulio Jatar, un preso político de la dictadura en Venezuela
Sigo la historia de Braulio Jatar desde que vi su detención en las noticias, en los primeros días de septiembre de 2016. Cuando mi amigo el profesor Francisco Sánchez me pidió colaborar con una columna en el libro Diálogos democráticos, escrita por Jatar y el Senador chileno Francisco Chahuán, me sentí inmensamente halagada. El profesor Sánchez es director ejecutivo del Círculo Acton de Chile –un centro de estudios del que también soy miembro– y fue también un puente para poder dialogar con el Sr. Jatar desde su prisión domiciliaria en Venezuela.
Braulio Jatar nació en Chile pero reside hace muchos años en Venezuela. Es abogado de profesión y periodista, editor del portal digital Reporte confidencial, últimamente censurado por ser un medio opositor al régimen de Maduro.
El 3 de septiembre de 2016, Jatar fue arbitrariamente detenido en el estado de Nueva Esparta luego de publicar imágenes y vídeos de una protesta contra Maduro. Camino a la radio, el SEBIN (Servicio de Inteligencia Bolivariano) lo detectó y estuvo desaparecido para la familia y amigos hasta que ratificaron su detención, imputándole del delito de legitimación de capitales.
Fue torturado y permaneció en un celda pequeña sin ventilación, lo que le hizo perder varios kilos y deteriorar gravemente su salud, ya que le detectaron cáncer y dos hernias. Luego de ser intervenido quirúrgicamente, se le dio prisión domiciliaria, desde donde su voz no ha acallado hasta hoy.
Le pedí esta entrevista y él aceptó.
—¿Cuál es su situación judicial en estos momentos frente al régimen?
Durante la etapa de investigación de mi caso, la oficina de la fiscal general evacuó las pruebas y determinó que los supuestos testigos para fundamentar mi detención nunca existieron. Desde entonces, en octubre de 2016, hemos exigido a los fiscales en mi causa que entreguen esas pruebas y se han negado, solo para alargar mi prisión. Pues bien, mi decisión ha sido no convalidar con mi presencia este proceso fraudulento. Simplemente está paralizado.
—¿Qué pasó el día que lo detuvieron, como vivió esos días en prisión?
Me secuestró un carro de la policía política (SEBIN), de la misma forma que ustedes pueden ver en un video, tal como lo hicieron hace un mes con el presidente Juan Guaidó. Me encerraron en cuatro lugares distintos, sufriendo el mismo trato que se les da a los presos comunes, en muchos casos en condiciones horrendas. En el libro de Diálogos democráticos con el senador Francisco Chahuán narro los detalles de esos momentos.
—¿Qué significa ser un preso político en la dictadura de Maduro?
Significa una responsabilidad. Lo he dicho, somos una especie de hermandad donde pocos nos conocemos, pero somos un símbolo universal. El Premio Sájarov fue para todos los que estábamos en esta condición en el año 2017.
—Su radio fue censurada, cuéntenos eso.
En 2006 fundamos un portal de noticias con el nombre de Reporte confidencial y desde entonces se ha convertido en uno de los medios digitales más importantes en Venezuela, con más de 520.000 seguidores en Twitter. Desde 2014, el gobierno nos ha perseguido. Primero con el allanamiento a nuestras oficinas, procesos criminales y amenazas para abandonar el país; y por último con mi secuestro y detención en 2016 a la fecha. Llevábamos las informaciones en nuestro portal a un programa radial semanal que fue sacado del aire en dos oportunidades. La segunda fue el viernes 8 de febrero. Nosotros seguimos informando desde nuestro medio digital, al que le bloquean el acceso en Venezuela y atacan a nuestro servidor en Orlando, Estados Unidos. La lucha por la libertad de expresión es de demócratas contra tiranos.
—¿Qué siente cuando ve a la gente muriendo de hambre y sin medicamentos mientras toneladas de medicinas y alimentos aguardan del otro lado de la frontera y sin poder ingresar porque el Gobierno ha bloqueado las rutas?
Lo que hace el señor Maduro es humanamente doloroso y políticamente es una inmensa estupidez. Su imagen deteriorada a nivel mundial se pulveriza con esta conducta.
—¿Cómo ve la situación de Guaidó? ¿Cree que podrá vencer a Maduro? Si bien tiene todo el apoyo internacional e internamente de la oposición y de una parte de los militares, eso no es suficiente y aún manda Maduro.
Conozco personalmente a Juan Guaidó, y si tengo que apostar a un ganador, no tengo dudas en apostar cien veces por él.

—El problema que se cuestiona en Venezuela es que toda la oposición es socialista al igual que el gobierno. Eso evidencia que terminarían ideológicamente siendo colaboradores de régimen. ¿Cómo se puede cambiar eso?
He dicho que esas separaciones se han ido difuminando. En Venezuela, la llamada izquierda no tenía ninguna posibilidad de triunfo, pero tampoco si te proclamabas de derecha. Por eso todos se quedaron en el punto medio, “social democracia”, una etiqueta para complacer los gustos de la mayoría. Lo cierto es que con Chávez llegó al poder hasta el Partido Comunista. Ahora, visto el desastre actual, no duden que vengan a gobernar muchos llamándose de derecha. Con Maduro se acaba el militarismo que tanto daño le ha hecho a Venezuela y también con el “estigma” de ser de lo que algunos califican de “derecha”.
—En cuanto a Maduro, ¿solo se mantiene firme por el apoyo de los militares o hay algo más?
Solo militares. Soy de los que piensan que este gobierno es de militares desde el primer día. Son ellos quienes tienen a Maduro como imagen y no a la inversa. En 2013, el resultado electoral no fue aceptado por la mayoría del país y los militares se pusieron del lado de Maduro para continuar gobernando. Nada ha cambiado desde entonces, ahora simplemente se ha hecho evidente.
—¿Cree que la presión de la ayuda humanitaria hará que quiebre el Ejército y se ponga contra el dictador, siendo esa la clave para su caída?
La ayuda humanitaria es solo eso. No es trampa, no es una “caballo de Troya”. Como dije, conozco bien a Juan Guaidó, él no se prestaría para eso. Lo que sí es cierto es que la gente, incluyendo a los soldados que no tienen acceso a los beneficios de sus superiores, podrán contrastar entre los que quieren ayudar y los que niegan esa posibilidad a la población, como la de ellos y sus familias, que apenas come y muere de mengua.
—¿Cuál cree que será el final de Maduro?
Al igual que el General Noriega en Panamá o Cedrás en Haití, tendrá que irse y hoy todavía tiene la posibilidad de escoger cómo hacerlo. Si no lo hace a tiempo, otros decidirán por él. Pero para mí está claro que los Estados Unidos y el mundo occidental ya se definieron y Maduro tiene que salir del poder.
—Dicen los medios que la ruta del oro está financiando al gobierno. ¿Cree que es así o Maduro está preparando la manera de “financiar” su futuro fuera de Venezuela?
Seguramente rondará la idea de pedir asilo, tal vez a Cuba o a Turquía, ya que se dice que oro va a esos lugares. Desde la época de la conquista, el oro ha sido el gran incentivo para destruir el ecosistema y los lugareños. La explotación de este material ha producido un ecocidio inmenso. La mayor parte de la extracción termina en bolsillos de una mafia local e internacional. No es mucho lo que dejan a Maduro para “financiar” algo.
—¿Cómo es el día a día de un venezolano en medio de tanta escasez?
No solo escasez, también hiperinflación millonaria y caída dramática de la producción. Eso explica por qué más de tres millones de venezolanos se han ido, lo cual representa el 10 % de la población.
—¿Cómo ve la posición del papa Francisco?
La iglesia en Venezuela siempre siempre antagonizó con el proyecto de Chávez y ahora con Maduro. Es tonto pensar que ese antagonismo no ha tenido la aprobación de los papas en su momento, incluyendo al actual. Yo pienso que el papa Francisco se está reservando para ser el garante de la salida de Maduro y por eso no puede opinar. Cuando Chávez dejó el poder en 2002 y se dispuso a entregarse, llamó al obispo Baltazar Porras para que fuera el responsable de su vida, aunque a este hombre de la iglesia lo había insultado por años.
—¿Qué gana China por apoyar a Venezuela?
China es un devorador de materia prima en el mundo. Venezuela tiene petróleo, gas, aluminio, hierro, oro y cobalto, entre otros materiales. Para China ha sido una bendición el chavismo, ya que un territorio cercano a Estados Unidos se convirtió en uno de sus dominios más preciados. Pero ciertamente el modelo económico cubano ha demostrado que teniendo todo para ser un país exitoso, lo convierte en un desastre a niveles de necesitar ayuda humanitaria. Lógicamente, un país en esas condiciones no sirve para China tampoco.
—¿Cuál cree que será el final de esta historia? Desde afuera se ve que el final de la dictadura está cerca, ¿cómo se ve desde adentro?
Al final se impondrá la democracia, ya estamos en camino a la victoria.

Abogada y escritora. Vicepresidente de la Fundación Latinoamérica Libre, analista del Círculo Acton Chile y directora de ChacoRealidades.
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