Los muros socialistas en América

El presidente Trump fue muy claro en el Discurso del Estado de la Unión de 2019, llamando a la unidad de la nación: «Aquí, en Estados Unidos, estamos alarmados por los nuevos llamados a adoptar el socialismo en nuestro país. Los Estados Unidos fueron fundados sobre la libertad y la independencia, no la coerción, ni la dominación ni el control del Gobierno. Nacemos libres y nos mantendremos libres. Esta noche, renovamos nuestra determinación de que Estados Unidos nunca será un país socialista». Sin embargo tiene a políticos como el expresidente Barack Obama, Hillary Clinton, el senador Bernie Sanders o la congresista por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, que siguen políticas socialistas.

Una encuesta realizada por The American Culture and Faith Institute (ACIF) expone que «el 40% de la población norteamericana elige el socialismo sobre el capitalismo». George Barna dijo ante esta investigación que los resultados alarman por ser «una gran minoría», por lo que hay que tener precaución con eso, ya que la tormenta socialista no solo sopla en el patio trasero, sino que también sopla internamente. Es más: un estudio de la Universidad Harvard reveló que un 51 % de los menores de 30 años no apoya al capitalismo, mientas se visten con las marcas más importantes del mercado y usan tecnología de calidad.

Mas allá de sus fronteras, Andrés López Obrador en México, con sus ideales chavistas y seguidor de Allende, pretende hundir al país azteca en el socialismo del siglo XXI. Sigilosamente y sin hacer tanto ruido va tomando medidas que se asimilan a la dinámica de Chávez en sus primeros meses en la presidencia de Venezuela. Quizás al ser un país petrolero se convierta en el proveedor de fondos para el Foro de São Paulo en que Morena forma parte de los partidos de izquierda de Latinoamérica.

A unos pasos, Cuba, Venezuela y Nicaragua han terminado en caos, pobreza y hambre extrema debido a políticas de planificación económica centralizada, violaciones a la propiedad privada, economías con alta inflación y regalías por la explotación de recursos. La intimidación, la privación de la libertad, la tortura a los disidentes, la violación a los derechos humanos y las angustias sanitarias llevan a las personas a sentir el abandono y el maltrato total por parte de los gobiernos.

El socialismo es un mal que ha carcomido la riqueza de América Latina, y además de México, todavía hay países levantando sus letales banderas sin mirar los espejos de su crueldad, tales como Bolivia, Uruguay, Guatemala y Honduras.

Quizás ahora México entenderá en carne propia cuánto se ha equivocado en elegir a López Obrador (AMLO). Mas allá de los muros que levante Trump en su frontera, ellos han levantado sus propios muros internos, restándole límites a su propia libertad.

Comentarios

María Celsa Rodríguez Mercado

Abogada y escritora. Vicepresidente de la Fundación Latinoamérica Libre, analista del Círculo Acton Chile y directora de ChacoRealidades.