Dudas en torno al crimen del Congreso
Cuando los disparos sonaron en los alrededores del Congreso, el cuerpo del riojano Miguel Yadón cayó muerto en el acto, mientras su amigo, el diputado Héctor Olivares, se levantó, cayó moribundo y aún se debate entre la vida y la muerte. Parece que el objetivo era el asesor Yadón y que el diputado solo fue una victima colateral, más allá de que los argumentos parecen encontrar un justificativo que se basa en una muerte «al voleo», que a cualquiera que hubiera pasado por allí le hubiese tocado.
Analicemos los hechos:
Un automóvil Volkswagen Vento se encontraba estacionado a las 6:20 de la mañana, donde acostumbraban salir a caminar Yadón y Olivares en la Plaza del Congreso, ya que viven cerca de allí. El vehículo con los asesinos estuvo previamente en el lugar durante media hora, como escondido detrás de un colectivo, y justo cuando Miguel y Héctor pasan frente a ellos, casualmente se ven en el vídeo los fogonazos de los disparos.
¿Acaso eran ellos las personas que esperaban los sicarios? ¿Acaso ya habían hecho inteligencia previa? ¿Acaso todo el verso montado es solo «un relato» para hacerse pasar por unos tontos improvisados? ¿Unos tontos tienen tantas armas en su casa? ¿Puede que por una discusión personal dentro del auto dispararon al voleo seis veces? ¿Y después bajarse del auto, mirar si Yadón está muerto, ver a Olivares herido y no hacer nada, teniendo en cuenta que no hubo intención de matar a nadie, como alegan?
Incluso resulta curioso que uno de los agresores se escapa caminando, y si dicen que estuvieron bebiendo whisky toda la madrugada y que había petacas en el auto, se lo ve caminar muy sobrio. Es más: el sujeto que maneja parece también no estar ebrio y maneja bien, no como un borracho.
Además es llamativo que un policía llegó al lugar y no se percató que tenia al criminal ahí. No actuó como un agente de seguridad, pareció más bien un transeúnte en vez de un policía. Adicionalmente, se acercó un ciclista que habló con el diputado herido y no hizo nada, se apartó unos metros, miró la escena del crimen y luego se retiró. También se ve un auto blanco que pasó junto al auto del asesino y redujo la velocidad al pasar frente a las víctimas, como si estuviera comprobando que todo salió como estaba programado. ¿Quién iba en ese auto? ¿El instigador del crimen, quizás?
Esta claro que aquí hubo una premeditación. Estudiaron a las víctimas y sabían a qué hora saldrían a caminar cada mañana. La frialdad con la que actuaron indica que son sicarios, aunque ahora digan lo contrario. No hay improvisación ni casualidades. Esto fue preparado con antelación.
¿Cuales son las posibilidades por las cuales se puede centrar el ataque?
Miguel Yadón era empresario del transporte. Pertenecía a la empresa Decano que explota la linea 118 y a otra interurbana en La Rioja. Se había enojado con el gobierno nacional porque cortaron los subsidios al transporte y dijo que ahora el problema era de la provincia, ya que pensaba que el gobierno se lavó las manos con el argumento de que deben responder a las exigencias del FMI y que se tiene que llegar a «déficit cero». También había dicho en una entrevista que se recortaron impuestos coparticipables.
Pero hay un punto de interés en el tema del transporte porque había conflictos con el municipio debido al aumento del boleto y del combustible, lo que agravó la crisis y redujo las frecuencias. Como no había forma de arreglar los vehículos rotos, se redujo la cantidad del personal y eso trajo conflictos con el sindicato de choferes.
Casualmente, Rafael Trinidad Cano Carmona –uno de los implicados– tenía permiso de usar el vehículo Volkswagen Vento, ya que poseía a su nombre una cédula azul del Volkswagen gris utilizado para el crimen. Cano Carmona es transportista y según datos de la AFIP, figura como «Servicio de transporte automotor de cargas urbano», categoría que corresponde a personas que hacen fletes, transporte de bienes y distribuciones diarias, lo que lleva a un hilo conductor con el sindicato de camioneros.
También Yadón coordinaba un Fondo Fiduciario que maneja fondos privados destinados al sistema de transporte energético. Estos fondos suelen tener manejos oscuros. Por su parte, se dice que Olivares tenia una deuda millonaria por la administración de unos campos en La Rioja. Se trata del manejo de plantación y producción de olivos donde el diputado tiene la mayoría de las acciones con dos sobrinos, que cuando adquirieron la participación en la empresa tenían 19 o 20 años, y se dice que no constaban aún con ingresos registrados, lo que genera dudas.
Por otro lado, desde lo político hacen hincapié en que Olivares había enfrentado al gobernador Sergio Casas, que no ha fijado aún fecha de elecciones, a quien le había parado judicialmente la reforma constitucional, evitando así la reelección de Casas y destruyendo las aspiraciones del gobernador, ganándose así un enemigo político. Olivares impulsaba además el tratamiento de la «ley antibarras», tema que tiene también conexión con los Moyano.
De este modo, mas allá de las investigaciones, esto se produce días después del allanamiento al Sindicato de Camioneros. Tal vez el árbol nos tapa el bosque, pero aquí hay un verso montado en cuanto a los motivos del crimen.

Abogada y escritora. Vicepresidente de la Fundación Latinoamérica Libre, analista del Círculo Acton Chile y directora de ChacoRealidades.
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