La crisis laboral del lado de la oferta
Hay muchos trabajos que explican la crisis laboral si son analizados desde el aspecto legal y económico, y nosotros mismos hemos escrito bastante sobre este tema a partir de esos dos ángulos. Voy a volver sobre el mismo punto, pero ahora comenzando con una perspectiva totalmente distinta.
Mi experiencia como selector de personal en el área legal revela los siguientes datos extraídos de los numerosos currículum vítae recibidos a diario:
- La poca calificación y experiencia laboral efectiva de los postulantes, incluyendo aquellos que declaran haberse graduado hace una considerable cantidad de años.
- Llama la atención la alta rotación laboral advertida en los curriculum. Normalmente, los postulantes no superan el año y medio o dos en promedio en cada empleo que tuvieron, y en los casos que aún estando empleados siguen buscando un nuevo empleo, el tiempo que llevan en su trabajo actual ya está rondando un año o dos de antigüedad, es decir, en la mayoría de los casos –una generalidad muy importante– la inestabilidad laboral de la gente que busca empleo es impresionante.
- Otro punto llamativo es que los curriculum donde se advierte lo anterior, en su gran parte son de personas del sexo femenino, lo que lleva a reflexionar sobre los motivos de este fenómeno en dicho sector, sin que implique sentar una regla general a este respecto.
Si esa elevada rotación es tanto por despido como por renuncia, es un dato sumamente preocupante. Si es por despido, es de presumir una baja calificación laboral, y si es por renuncia, una prominente inmadurez, falta de compromiso o de vocación laboral por parte del empleado.
Hemos comprobado personalmente que el sistema de entrevistas no permite predecir cual será el desempeño laboral en concreto del postulante al puesto, dado que en la entrevista previa, los candidatos intentarán exhibirse no como son, sino como «creen» que el hipotético empleador desearía que fueran. Adicionalmente, aprovechan las entrevistas para exagerar sus posibles virtudes y minimizar –o directamente ocultar o negar– sus probables debilidades. Todo sumado impide al potencial empleador tener una idea aproximada de cuál es la capacidad, habilidad y entrenamiento real del aleatorio futuro empleado.
En su reemplazo, hemos implementado un período de prueba breve pero suficientemente amplio que nos posibilite tener una idea de si el postulante está en verdaderas condiciones de emprender la tarea, y sobre todas las cosas, de cuáles son sus reales motivaciones para ella.
Este período de prueba nos ha facultado de advertir los siguientes datos una vez concluido el mismo:
- Poca experiencia: La experiencia real del postulante para el trabajo resulta ser sistemáticamente menor a la indicada en su curriculum y a la declarada en las entrevistas.
- Escasa calificación para la labor: Este es un punto que va estrechamente concatenado con el precedente.
- Inestabilidad laboral inherente al trabajador: Muy a menudo, los empleados ofrecen excusas relativas a sus errores en el trabajo atribuyéndoselos a problemas familiares, personales, de salud, afectivos, de distancia o cuestiones de índole personal ajenas a la ocupación en sí.
- Pretensiones desmedidas del postulante en relación a los puntos 1 y 2: Procuran retribuciones de nivel gerencial cuando sus destrezas apenas pueden rozar las de un cadete de oficina pública.
- Espíritu emprendedor cero: Los candidatos no buscan emprender dentro de la organización sus propios proyectos, sino que buscan depender de ella –y en ella– por un corto tiempo para luego probar suerte en otra, y luego en otra, y así sucesivamente, con lo cual se inicia un círculo vicioso que trae como consecuencia la continua rotación observada aquí.
- Falta de cultura y vocación de trabajo: Hemos notado una decidida falta de voluntad laboral, prácticamente anónica, cuyas causas son supralaborales y las atribuimos a la deficiente educación recibida por los candidatos en los tres niveles tradicionales: primario, secundario y universitario.
De esta manera, evaluando esta nuestra experiencia, encontramos cierta explicación la gran inestabilidad laboral que se observa analizando los curriculum de los candidatos.
La verificada y elevada propensión a no permanecer en un mismo empleo más allá del año, año y medio o dos, atenta contra la adquisición de experiencia en una determinada área, contrariamente a lo que aparentan creer muchos buscadores de empleo. Sucede que no hay dos empresas o empleadores donde el mismo trabajo se desempeñe de manera idéntica en ambas, y esta realidad se pierde de vista por el aleatorio empleado.
Otro mito del postulante es que un nuevo empleo significará –por sí mismo y por el solo hecho de ser nuevo– una mejor remuneración que el empleo que se proyecta dejar, como si tal cosa se adquiriera automáticamente y que no solo debería suceder, sino que efectivamente así será, ignorando que el empleador evaluará todo lo mencionado para determinar cuál será la retribución ofrecida al futuro candidato, quien no estima relacionar su experiencia con la remuneración que le debería corresponder. Generalmente, el candidato espera un estipendio prominente pese a su experiencia baja o incluso nula.
Los candidatos a un empleo también parecen ignorar que la fidelidad del trabajador con quien lo contrata es un dato de suma relevancia para el empleador. Este es un rasgo importante en una sociedad donde se vive una crisis de compromiso a nivel general y que torna la estabilidad laboral en algo efímero. A esto se le suman las barreras institucionales, como las leyes y políticas laborales que tienden a restringir, dificultar e impedir la contratación en masa de mano de obra.
Entiendo que todos estos elementos, junto a otros que hemos enumerado en otras ocasiones, se agregan a la explicación de la grave crisis laboral que afronta la Argentina. Es decir, por un lado la gente no está capacitada para trabajar, y por el otro, las leyes laborales impiden el ya restringido acceso a un trabajo donde podrían empezar a capacitarse.
Tampoco hay una verdadera voluntad ni vocación por el esfuerzo que implica formarse o conseguir un empleo estable. Las razones mucho más de fondo y radican en la infravaloración de la educación que a nuestro juicio, se debe a la constante e inherente intromisión estatal en el área, en todos los niveles educativos: primario, secundario, universitario, municipal, provincial y nacional.

Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas. Egresado de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas). Fundador, Director, Editor y Redactor de la revista de divulgación académica Acción Humana.
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