Voto calificado y modernización del sistema educativo argentino
En Argentina, el voto debería ser calificado, por más que a muchos les pese, y para tener derecho a votar habría que poseer un título técnico como mínimo. De más está decir que esta medida arruinaría irremediablemente una parte del negocio de los políticos, pero ese es otro tema.
Actualmente tenemos un sistema educativo estatista, ya que obliga por ley a los chicos a que pierdan el tiempo durante varios años en la escuela primaria y secundaria, sin aprender nada útil para aplicar en sus vidas adultas. Además, los chicos de hoy adquieren conocimientos a velocidades que hace cien años eran dignas de prodigios. Sin embargo, durante ese lapso, el sistema educativo argentino no evolucionó ni un milímetro, por lo tanto habría que reformularlo desde sus cimientos, pero ese es también otro tema.
Siendo así, hay que promover un sistema educativo individualista, es decir, que ponga énfasis en las capacidades únicas que cada chico tiene, enseñándole a desarrollarse en la vida y prosperar por sí mismo, en vez de hacer que todos aprendan por la fuerza el mismo cúmulo de conocimientos inútiles. De esta manera se podrá acortar la escuela primaria a cinco años y la secundaria a tres, quedando cuatro años disponibles. Durante tres de ellos, los chicos aprenderán una carrera técnica, y con el último año se foguearán en un trabajo remunerado a modo de práctica en alguna PyME que recibirá una generosa rebaja en impuestos a cambio de aceptar trabajadores novatos.
- Los chicos no desperdiciarán el tiempo aprendiendo cosas inútiles en la escuela.
- Egresarán con un oficio que tenga salida laboral.
- Llegarán a la mayoría de edad sabiendo lo que es trabajar y ganar su propio dinero.
- Muchísimas PyMEs harán una diferencia a favor entre el sueldo del novato y el ahorro en impuestos, incentivándose así la toma de nuevos trabajadores principiantes.
- Al ser una educación individualista en vez de estatista, se estará enseñando a los chicos a generar sus propios recursos para mantenerse, desarrollarse y prosperar en sus vidas adultas, en vez de exigir o esperar ayudas o dádivas por parte del Estado.
- Y lo más importante: se estará quitando poder a la casta elitista parasitaria política (mientras menos instruido es un votante, mejor negocio hacen ellos), transfiriendo ese poder a la ciudadanía, los trabajadores y las PyMEs.
Hoy en día, a los dieciséis años –edad que los habilita a votar– los chicos no tienen el secundario terminado y muchos ni siquiera lo finalizarán. A eso súmese que no tienen idea de la vida, ni de cómo ahorrar e invertir, ni de historia argentina, ni de cómo funciona el mundo, ni el dinero, ni los bancos, ni la economía, ni los impuestos, ni el Estado, ni un sinfín de conceptos que afectarán sus vidas adultas… pero pueden votar y decidir el futuro de un país, lo cual es completamente incoherente por donde se lo mire, por más que los políticos lo vendan como un «derecho».
Soy consciente de que todo lo anterior es cuestionable, disruptivo, criticable y que no se logrará de un día para el otro. Mientras tanto, saquen ustedes sus propias conclusiones.

Informático. Analista de Sistemas de Computación. Librepensador, escritor y documentalista. Webmaster de Diario El Despertador.
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