Política, elecciones y liberalismo

Una nueva jornada electoral ha pasado en la Argentina y es hora de sumar nuestra reflexión sobre los resultados, y el rol de las ideas liberales y su desempeño en el plano político.

Cómo hemos advertido en otras ocasiones, no han faltado entre las filas antiperonistas quienes hayan aventurado que esta derrota en las P.A.S.O. del oficialismo peronista (en el caso, el peronismo k del Frente de Todos) sellaba la suerte definitiva de este partido que viene marcando el destino trágico de la Argentina desde 1945 hasta la fecha.

Por supuesto, se trata de un enfoque ingenuo que supone que el populismo se elimina desde las urnas, lo que revela un desconocimiento completo de lo que es el populismo, algo que trasciende al peronismo y que ha sido practicado en la Argentina por otras expresiones partidarias. Faltará ver todavía que depararán las elecciones legislativas de noviembre.

El triunfo de Cambiemos (ahora JxC) es el resultado lógico de los dos años de desgobierno del FdT y el pésimo manejo de la pandemia (la cuarentena «eterna» dispuesta por el oficialismo).

En Argentina se vota por reacción más que por convicción, y siempre se usa el voto como un castigo al vencido, más que como un premio al vencedor.

Falta de cultura cívica y desconocimiento de la ciencia política son -a nuestro juicio- las causas principales de estos cambiantes humores electorales, que dan la victoria a «A» y se la quitan a «B» para (un par de años más tarde) dársela a «B» sólo para quitársela a «A».

Cada vez que hay elecciones en la Argentina se asiste al mismo ciclo.

Los candidatos liberales han mostrado un resultado muy modesto si lo comparamos con la altísima exposición mediática que han tenido (y no desde ahora) y la profusa publicidad que se les dieran en las redes sociales, quizás mayor -en muchos casos- que la del resto de los candidatos de los partidos tradicionales del oficialismo y la oposición.

Pocos o ninguno de los derrotados admiten abiertamente la derrota.

En general tratan de ocultarla tras eufemismos poco convincentes.

Me sorprendió leer liberales afirmaran que alguno de esos candidatos habría «corrido el eje del debate” e instalado el ideario liberal en la sociedad.

Pero la realidad en materia electoral la dan los números.

Y el fruto de la urnas debió ser tan o más espectacular que la gran exhibición mediática que tuvieron.

¿Cómo leer estos resultados entonces?

Desde mi punto de vista, hay algunas de las siguientes cosas que están fallando en el liberalismo argentino:

  1. La comunicación de las ideas no es buena ni es la adecuada.
  2. La comunicación es buena y adecuada, pero simplemente la gente no comparte la idea liberal o libertaria.
  3. Ambas anteriores combinadas.

Esto es lo que reflejan los resultados electorales.

Queda para el análisis determinar cuál de las tres variantes es la que se está dando y cómo corregirla.

El último partido liberal que fue capaz de correr el eje del debate en cuanto a las ideas fue la UCeDe gracias a que el Ingeniero Álvaro Alsogaray  supo comunicar eficazmente por primera vez en la Argentina de manera política las ideas liberales

Así dio cauce a diversas expresiones las que incluían a conservadores, austriacos, liberales clásicos, entre otros.

Luego de constituirse como tercera fuerza política forzó al presidente peronista Carlos Menem a adoptar algunos de sus principios.

La UCeDe tenía por primera vez en la historia varios legisladores en el Congreso, incluyendo al propio Alsogaray.

Dicha experiencia no volvió a repetirse en el país.

Su fracaso obedeció a múltiples factores.

Entre ellos fue la mala implementación de medidas de inspiración liberal por parte de Menem

Sumados a varios hechos de corrupción de su gobierno enviaron una señal falseada a la ciudadanía sobre lo que se promocionaba como un gobierno «neoliberal».

El resultado fue que «el eje del debate» volvió a correrse hacia la izquierda.

Las ideas socialdemócratas volvieron a resurgir con Fernando de la Rúa, para dar paso nuevamente al populismo más abyecto con la llegada de los Kirchner.

La reacción a todo esto no fue liberal sino que fue Cambiemos, un partido que promueve el desarrollo a través de un programa.

La nota distintiva de Cambiemos fue el combate a la corrupción como bandera

Pero al mantenerse políticas populistas le quitó margen de maniobra, agravado por haber sido siepre minoría en el Congreso.

En este marco histórico las ideas liberales no tienen prácticamente cabida.

Habrá que examinar cuál de los tres factores que señalamos son los que hacen que el liberalismo no haya retornado a aquel efímero brote que se vivió en los 90.

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Gabriel Boragina

Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas. Egresado de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas). Fundador, Director, Editor y Redactor de la revista de divulgación académica Acción Humana.