Tiempos turbios
Las crisis
Por lo general, nos desorientan y desequilibran, es por ello que debemos estar atentos, nos pueden llevar tanto a lo mejor como a lo peor, cuesta en estas circunstancias ver, con claridad, tanto lo uno como lo otro.
Cercanas las elecciones podríamos volver a equivocarnos yendo detrás de farsantes que parecen ser sinceros.
Este gobierno trata de ganar voluntades por medios espurios, los regalos antes de las elecciones y la inflación reprimida mediante controles de todo tipo, son la estrategia.
Las reuniones con empresarios tienen como meta hacerles cumplir sus órdenes en lo que respecta en fijar precios y salarios, restringiendo la actividad económica.
El peligrosos Roberto Feletti
Es el encargado de evitar que la oferta y la demanda se equilibren por los precios que surgen, espontáneamente, del mercado
La Ley de Abastecimiento con la que amenaza, muestra por la experiencia pasada, lo dañina que pueden ser normas que en vez de modificar situaciones injustas, al ratificarlas, las acentúan, proyectando el daño indefinidamente.
La gente deja de creer que las leyes son para proteger sus bienes y persona, afianzar la paz y la justicia
Es así como se aparta del sistema legal o envía sus ahorros a cuentas en el exterior para protegerse del avance de políticas impositivas e inflacionarias, aparece el mercado negro y grandes sectores informales.
El estatismo obliga a que los bienes y servicios sean adquiridos porque son argentinos, no importa que sean de baja calidad.
El empresario busca, en vez de competir, estar cerca del poder para evitar competidores extranjeros, cargando a los consumidores con precios más altos que los que podrían ser si funcionara la competencia.
La sana economía
En la economía capitalista la formación de ahorro y capital se obtiene mediante la cooperación voluntaria de los consumidores.
La esperanza está en que el sector político entienda que el mercado libre crea incentivos económicos que promueven en la sociedad virtudes morales de responsabilidad personal, autoestima, respeto por los derechos y la libertad de los demás.
En vez de promover el bienestar de unos pocos, la producción en masa característica del capitalismo, incrementa la prosperidad general
La ganancia se vuelve a reinvertir, indefinidamente, para aumentar la productividad y disminuir costos y precios, el progreso del empresario aumenta en la medida que mejora la condición social de todos.
El camino equivocado
No es cuestión, como pretende el Gobierno, de empobrecer a los ricos, sino de dar oportunidades de mejoramiento económico a los pobres.
En la larga lista de lo que está hundiendo la economía, se destaca no contar con libertad sindical, como lo demanda la Constitución alberdiana.
El sindicato único proviene de la Carta del Laboro italiana y de la Ley Rocco, implantada en nuestro país en 1945.
Consiste en que el Estado otorga a una asociación gremial el monopolio de la representación de los trabajadores ante los empresarios.
La idea del sindicato único
Prendió en el país a partir del propósito político de Juan Domingo Perón de manipular al sector sindical.
En 1970, la Ley de Obras Sociales le concedió el aporte, también obligatorio, de todos los trabajadores en actividad, otorgándole más poder y capacidad de decisión.
La pregunta del millón
Por qué combatir al sistema capitalista si la historia nos da tantos ejemplos de que ha producido beneficios admirables gracias a la movilidad social que provoca ?
Lenin, fue quien dijo, que se abría una etapa decisiva donde un sistema mataría al otro: la disyuntiva sería capitalismo o marxismo.
Las consecuencias del socialismo
Ya hemos visto las consecuencias del socialismo real y del capitalismo real, no nos queda más que decidirnos.
En la URSS recién se empezó a usar el cheque en la época de la perestroika, antes hubo un genocidio cultural
Tuvieron solo la suerte que duró doce años menos que el totalitarismo soviético.
En ambos regímenes se cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones.
La ética que promueve la libertad no la tiene el socialismo, el fascismo ni otros sistemas colectivistas solo la sociedad libre que protege la libertad de pensamiento, religión, contrato y de empresa.
Un sistema político-económico debe servir al auto desarrollo individual no al autosacrificio.
La doctrina económica que pretende nuestra Constitución liberal se basa en la libertad, alejarse de sus principios, nos ha dejado al borde del desorden social y económico.
El Estado en su intento de excluir a los particulares ha sumido al país en la pobreza y la arbitrariedad
Ha ha olvidado su función primordial: preservar los derechos individuales.
Cuanto el Estado más interviene, más limita la dignidad humana, el ámbito de la responsabilidad individual de las personas.
Es preciso entender el fundamento moral de la libertad, la tarea de vivir y desarrollar los valores de la vida propios de seres humanos libres.
Como dijo Ortega, el hombre está siempre en su circunstancia y no tiene más remedio que habérsela con ella.
Lo primero que tiene que hacer es conocerla para saber cómo actuar.
La decisión es intransferible, no puede sustituirlo el Estado, aunque puede ser una opción ser su siervo, entregarle la vida.
No vivimos solos, la sociedad nos lleva soluciones ya hechas, a los problemas de nuestra vida, a veces tenemos que luchar contra las ideas dominantes de nuestro tiempo.
La fe en la libertad, que hoy representa una esperanza, había perdido la representación en el país, era rechazada, los partidos se aferraron a ideas fracasadas como lo hace hoy el kirchnerismo.
Los esfuerzos deben concentrarse en lograr que la opinión pública acepte el cambio de rumbo y las reformas estructurales que se necesitan.
El primer paso
Es llevar gente capacitada al Congreso.
Civilización o barbarie sigue siendo la cuestión
O votamos a gobernantes que como Sarmiento nos pongan a la altura de los países ricos y modernos o seguimos con los que solo administran la pobreza y sujetan nuestros derechos y libertades.

Autora de El Crepúsculo Argentino (Ed. Lumière, 2006). Miembro de Número de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina. Miembro del Instituto de Política Económica de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
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